Si hay santidad y benevolencia, ¿me atrevería yo? Sin embargo, si no se cansa de hacer esto y no se cansa de enseñar a los demás, se puede decir que eso es suficiente.
No solo las emociones pueden hacerme sentir solo, sino también esa energía negativa acumulada a lo largo del tiempo que poco a poco me aplasta, haciéndome sentir tan derrotado como el polvo acumulado en una esquina.
Al entrar en el aula, nos enseñan a amar esto y aquello, pero nunca explican claramente cómo amar. Mira, cuanto más alcista es, menos nacionalidad tiene en su corazón.