¿Te has dado cuenta de un fenómeno curioso? Cada vez que haces una transferencia con la app del banco, tarda una eternidad en cargar e incluso puede quedarse colgada, pero cuando abres cualquier DEX para operar, la fluidez es tal que te hace dudar de la vida.

La raíz del problema está en el fondo: el sistema financiero tradicional y el mundo on-chain son, en esencia, dos infraestructuras completamente separadas. Por un lado, una arquitectura obsoleta de hace décadas que apenas se sostiene; por el otro, una red distribuida diseñada para una alta concurrencia.

Lo interesante ahora es que ya hay equipos que están abordando específicamente esta cuestión. Lo que están haciendo es construir una red de blockchain privada a nivel institucional, intentando que el capital tradicional también pueda disfrutar de esa experiencia fluida propia del entorno on-chain. Si esta infraestructura llega a funcionar, podría redefinir los estándares de interacción de los sistemas financieros.