La aleatoriedad post-cuántica no es una palabra de moda: es una infraestructura real que separará a los supervivientes de las víctimas cuando la computación cuántica se generalice. Aquí está la verdad incómoda: una gran parte de los proyectos blockchain se basa en supuestos criptográficos que no resistirán cuando las máquinas cuánticas alcancen escala. ¿Las matemáticas en las que confían? Se desmoronan ante los algoritmos cuánticos. Hablamos de un ajuste de cuentas que hará que los anteriores mercados bajistas parezcan leves.

La mayoría de los equipos sigue ignorando esto. Optimizan para el modelo de amenazas actual mientras la realidad computacional del mañana ya se está gestando en los laboratorios de investigación. ¿Los proyectos que realmente están invirtiendo en primitivas resistentes a la computación cuántica ahora? Puede que parezcan demasiado cautelosos, incluso paranoicos. Pero cuando la ventaja cuántica sea operativa —y es cuestión de cuándo, no de si—, esos constructores "paranoicos" serán los únicos que queden en pie.

La ventana de adaptación no es infinita. Construir infraestructura a prueba de computación cuántica lleva años, no meses. Los protocolos que hoy integran aleatoriedad post-cuántica y actualizan sus fundamentos criptográficos están jugando un juego completamente diferente. No solo sobrevivirán al próximo ciclo, sino que se están posicionando para un cambio de paradigma que redefinirá lo que "seguro" significa en este sector.