He estado moviéndome por el mercado cripto durante tantos años que he llegado a entender una verdad dolorosa:

La oportunidad que realmente puede cambiarte la vida, solo ocurre una vez. ¿Quieres repetirla? Olvídalo.

Los que entran tarde siguiendo la corriente, básicamente están aquí para sostenerle la escalera a otros.

Pensemos en la ola de airdrops de 2020 a 2023, aún hoy hay gente dándose cabezazos. Proyectos como DYDX, ARB, ENS, cualquiera que cazases te aseguraba multiplicar tu inversión varias veces, y si tenías suerte, conseguías la libertad financiera de golpe. Un amigo mío apostó fuerte en muchos de ellos y sacó casi diez millones de euros en esa ronda.

Pero cuando la mayoría se dio cuenta e intentó subirse al carro, el coste de interactuar se había multiplicado por diez, los equipos de los proyectos pusieron todo tipo de barreras, y al final la gente solo quemó dinero y tiempo: las comisiones de Gas se las llevaron los mineros y la mayoría no pilló nada.

El boom de los inscriptions en 2023 fue aún más loco. Cuando salieron ORDI y SATS, apenas nadie les prestaba atención. Pero quienes apostaron primero, con unos pocos miles de dólares hicieron millones, ejemplos así hay a montones.

Al llegar fin de año, las masas de minoristas entraron en tropel, obsesionados con “no perderse las inscriptions como se perdieron los airdrops”, y ¿qué pasó? La mayoría perdió hasta la camisa y acabó dudando de todo.

El sector de la IA repite el mismo patrón.

Al principio, monedas como WLD y FET eran criticadas sin piedad, “proyectos humo”…