Después de septiembre de este año, muchos ciudadanos en Taiwán se sorprendieron al descubrir que sus cuentas bancarias habían sido “bloqueadas por control de riesgos”, lo que les obligaba a acudir a la sucursal para desbloquearlas o, en adelante, solo podían utilizar servicios presenciales. Recientemente, el artista escénico “Príncipe del Globo” declaró que su cuenta en el Banco CTBC había sido bloqueada por control de riesgos, y el servicio de atención al cliente le informó que solo podía realizar operaciones en la ventanilla. Inmediatamente acudió a la sucursal para retirar 100 NTD y realizó 50 retiradas consecutivas, lo que llevó al gerente de la sucursal a intervenir e intentar disuadirlo, pero el ciudadano insistió en su derecho a retirar en varias ocasiones.
Actualización de los mecanismos de control de riesgos provoca malestar: las cuentas bancarias se bloquean con facilidad
En los últimos dos años, los bancos taiwaneses han actualizado significativamente sus sistemas de control de riesgos ante la exigencia de la Comisión de Supervisión Financiera (FSC) de reforzar las políticas contra el fraude. Los bancos deben implementar estrictamente los mecanismos KYC (Know Your Customer, Conoce a tu cliente) y AML (Anti-Money Laundering, Contra el lavado de dinero). Si el sistema detecta operaciones de entrada y salida rápidas, transacciones nocturnas frecuentes o actividades relacionadas con criptomonedas, es muy fácil que se active el control de riesgos, lo que restringe el uso de la cuenta bancaria.
La intención de estos mecanismos antifraude es proteger la seguridad de los activos de los ciudadanos, pero en la práctica han surgido numerosos casos de falsas alarmas. Muchas actividades comerciales legítimas o acciones de gestión financiera personal son marcadas por el sistema como transacciones sospechosas. Por ejemplo, freelancers que reciben múltiples pagos pequeños, vendedores de comercio electrónico que cobran frecuentemente, usuarios que invierten en criptomonedas y transfieren fondos entre exchanges y bancos, o incluso trabajadores nocturnos que operan la banca online de madrugada, todos pueden activar las alertas de control de riesgos.
Lo que resulta aún más frustrante es que el proceso para desbloquear una cuenta es extremadamente engorroso. Los ciudadanos deben acudir personalmente a la sucursal, presentar pruebas de las transacciones, justificar la procedencia de los ingresos e incluso explicar el contexto de cada transacción sospechosa. Para empleados que trabajan a diario, pedir permiso para ir al banco supone un coste de tiempo elevado. Algunos ciudadanos, incluso después de desbloquear la cuenta, siguen teniendo restringido el uso a solo servicios presenciales, sin acceso a banca online ni cajeros automáticos, lo que equivale a retroceder los servicios financieros digitales veinte años atrás.
El “Príncipe del Globo” comentó en una publicación: “El error de los macrodatos no es mi problema, es problema del banco, y me ha causado molestias. Así que devuelvo el problema al banco.” Esta frase refleja el sentir de muchos afectados. Cuando los bancos restringen el uso de las cuentas bajo el pretexto de “proteger la seguridad de tus activos”, en realidad trasladan toda la carga probatoria y las molestias al cliente inocente.
50 retiradas consecutivas: ¿protesta silenciosa o entorpecimiento malicioso?
(Fuente: Facebook del Príncipe del Globo)
La forma de protesta adoptada por el Príncipe del Globo es altamente simbólica. Eligió retirar solo 100 NTD cada vez y realizó 50 retiradas consecutivas; este comportamiento es completamente legal, ya que el cliente tiene derecho a decidir el importe y la frecuencia de sus retiradas. Sin embargo, esta práctica sí incrementa en gran medida la carga de trabajo de los empleados del banco y podría afectar el tiempo de espera de otros clientes.
Al observar la situación, el gerente de la sucursal intervino y sugirió “retirar todo de una vez”, pero el ciudadano insistió en su derecho a retirar en varias ocasiones. Este enfrentamiento pone de manifiesto el delicado equilibrio entre los derechos de los clientes y la eficiencia del banco. Desde un punto de vista legal, el cliente ciertamente tiene derecho a elegir cómo retirar su dinero y el banco no puede obligarle a hacerlo de una sola vez. Desde una perspectiva operativa, 50 retiradas consecutivas sí pueden causar molestias en la operativa del banco.
Esta forma de protesta ha generado un intenso debate en Internet, con opiniones polarizadas. Los partidarios consideran que los controles de riesgos bancarios son excesivos, bloqueando cuentas sin motivo: “Los ciudadanos siempre pueden alzar la voz”, “El banco es quien pone trabas, así que está bien”, “Ahora los bancos tratan a los clientes como delincuentes”, “Apoyo que se le dé una lección al banco”. Estos comentarios reflejan el descontento generalizado de la sociedad ante el exceso de control de riesgos por parte de los bancos.
Por otro lado, los detractores opinan que solo afecta a los empleados de base: “Los empleados agotados, mientras los de la central toman café”, “Hace perder el tiempo a los que esperan en la cola”, “Este comportamiento desde el principio activa el control de riesgos”. Estos comentarios señalan que el objetivo de la protesta está desviado: los afectados son los empleados de sucursal, mientras que la alta dirección que establece las políticas no siente presión directa.
Algunos internautas del sector financiero señalan que las retiradas consecutivas en ventanilla no son tan lentas como muchos creen, ya que los sistemas bancarios modernos procesan cada transacción en unos 30 segundos. Sin embargo, si muchos clientes se pusieran en fila para hacer retiradas consecutivas, sí podría desplazar a otros ciudadanos que necesitan hacer trámites, siendo este “efecto cadena” el principal problema.
El dilema entre lucha contra el fraude y conveniencia: el nuevo reto de la gestión de cuentas bancarias
Fuentes del sector bancario admiten en privado que, con el refuerzo de las políticas antifraude por parte de la FSC, los bancos se ven obligados a implementar mecanismos KYC y AML estrictos. Estos requisitos regulatorios no son una iniciativa voluntaria de los bancos, sino una imposición gubernamental. Si un banco no logra prevenir eficazmente que organizaciones fraudulentas utilicen su plataforma para lavar dinero o transferir fondos ilícitos, se enfrenta a cuantiosas multas y sanciones regulatorias.
Conductas comunes que activan el control de riesgos bancario
Patrones de transacción anómalos: movimientos de entrada y salida rápidos, transacciones nocturnas frecuentes, muchas transferencias pequeñas en poco tiempo
Implicación en sectores de alto riesgo: relación con exchanges de criptomonedas, pagos hacia/desde sitios de apuestas, transferencias de origen desconocido desde el extranjero
Cambios bruscos en el uso de la cuenta: una cuenta inactiva que de repente registra muchas transacciones, aumento repentino de los importes
Alertas de terceros: notificaciones de otros bancos o de la línea antifraude 165 sobre posible implicación en fraude
Sin embargo, estos criterios de evaluación presentan un evidente problema de “pesca excesiva”. Muchas actividades comerciales legítimas son erróneamente clasificadas como sospechosas, mientras que los verdaderos grupos fraudulentos pueden eludir los controles mediante métodos más sofisticados. Más irónico aún es que, cuando un ciudadano común es bloqueado por error, suele tener que invertir mucho tiempo y esfuerzo en demostrar su inocencia, una práctica de “presunción de culpabilidad” que contradice los principios del Estado de Derecho moderno.
Aunque el sector bancario comprende el descontento ciudadano, también recalca la necesidad real de la labor antifraude. Según estadísticas de la policía, en 2024 las pérdidas económicas por fraude en Taiwán superaron los 7.000 millones de NTD, muchos de ellos involucrando cuentas de testaferro y lavado de dinero. Si el control de riesgos es demasiado laxo, los bancos pueden convertirse en cómplices de los grupos fraudulentos. Este dilema es difícil de resolver a corto plazo.
Algunos bancos ya han empezado a ajustar sus estrategias, utilizando modelos de IA más precisos para reducir la tasa de error. Por ejemplo, combinan información multidimensional como la profesión, ingresos e historial de transacciones del cliente, en lugar de basarse únicamente en el patrón de transacciones. Además, algunos bancos han simplificado el proceso de desbloqueo, permitiendo que los clientes verifiquen su identidad y el propósito de la transacción por videollamada, sin necesidad de acudir en persona a la sucursal.
La postura del director de la Comisión de Supervisión Financiera, Lee Tsan-chin, representa una actitud oficial más moderada. Afirmó que puede “comprender” el afán de los inversores taiwaneses por buscar rentabilidad. Esta declaración sugiere que los reguladores también son conscientes del impacto negativo del exceso de control de riesgos y podrían ajustar la política en el futuro.
Del caso individual al sistema: es necesaria una reforma en la gestión de cuentas bancarias
La protesta del Príncipe del Globo, aunque llamativa, es solo la punta del iceberg. En Taiwán existen millones de cuentas bancarias y cada día hay ciudadanos afectados por problemas de control de riesgos. Este malestar generalizado ya ha llamado la atención de los legisladores, algunos de los cuales exigen a la FSC revisar la política actual y encontrar un mejor equilibrio entre prevención de fraude y conveniencia.
La banca insta a los ciudadanos que tengan problemas de control de riesgos a utilizar los cauces normales de reclamación y evitar métodos radicales para no infringir la ley ni arriesgarse a que el banco cancele la relación comercial. Sin embargo, la eficiencia y eficacia de los canales normales de reclamación también deben mejorar. Muchos ciudadanos denuncian que, tras reclamar al banco, la respuesta suele ser “es una decisión del sistema, no podemos hacer nada”, y el problema sigue sin resolverse.
La solución de fondo requiere un enfoque multidimensional. Primero, los bancos deben invertir en tecnologías de control de riesgos más precisas para reducir el número de errores. En segundo lugar, se debe establecer un mecanismo de reclamación y desbloqueo más ágil y sencillo, para reducir el coste en tiempo para el cliente. En tercer lugar, mejorar la comunicación con el cliente, informando y explicando antes de bloquear la cuenta. Por último, los reguladores deberían establecer directrices más detalladas para evitar que los bancos adopten medidas excesivamente defensivas para eludir responsabilidades.
Aunque la acción del Príncipe del Globo fue radical, objetivamente ha impulsado el debate público sobre este tema. En la era de las finanzas digitales, la disponibilidad de las cuentas bancarias afecta directamente a la vida diaria y la actividad económica de los ciudadanos. Encontrar el equilibrio entre seguridad y comodidad es un reto que todo el sistema financiero debe afrontar.
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¡Ciudadanos contraatacan tras el bloqueo de cuentas bancarias! Retiran 100 yuanes en ventanilla 50 veces seguidas y paralizan la sucursal
Después de septiembre de este año, muchos ciudadanos en Taiwán se sorprendieron al descubrir que sus cuentas bancarias habían sido “bloqueadas por control de riesgos”, lo que les obligaba a acudir a la sucursal para desbloquearlas o, en adelante, solo podían utilizar servicios presenciales. Recientemente, el artista escénico “Príncipe del Globo” declaró que su cuenta en el Banco CTBC había sido bloqueada por control de riesgos, y el servicio de atención al cliente le informó que solo podía realizar operaciones en la ventanilla. Inmediatamente acudió a la sucursal para retirar 100 NTD y realizó 50 retiradas consecutivas, lo que llevó al gerente de la sucursal a intervenir e intentar disuadirlo, pero el ciudadano insistió en su derecho a retirar en varias ocasiones.
Actualización de los mecanismos de control de riesgos provoca malestar: las cuentas bancarias se bloquean con facilidad
En los últimos dos años, los bancos taiwaneses han actualizado significativamente sus sistemas de control de riesgos ante la exigencia de la Comisión de Supervisión Financiera (FSC) de reforzar las políticas contra el fraude. Los bancos deben implementar estrictamente los mecanismos KYC (Know Your Customer, Conoce a tu cliente) y AML (Anti-Money Laundering, Contra el lavado de dinero). Si el sistema detecta operaciones de entrada y salida rápidas, transacciones nocturnas frecuentes o actividades relacionadas con criptomonedas, es muy fácil que se active el control de riesgos, lo que restringe el uso de la cuenta bancaria.
La intención de estos mecanismos antifraude es proteger la seguridad de los activos de los ciudadanos, pero en la práctica han surgido numerosos casos de falsas alarmas. Muchas actividades comerciales legítimas o acciones de gestión financiera personal son marcadas por el sistema como transacciones sospechosas. Por ejemplo, freelancers que reciben múltiples pagos pequeños, vendedores de comercio electrónico que cobran frecuentemente, usuarios que invierten en criptomonedas y transfieren fondos entre exchanges y bancos, o incluso trabajadores nocturnos que operan la banca online de madrugada, todos pueden activar las alertas de control de riesgos.
Lo que resulta aún más frustrante es que el proceso para desbloquear una cuenta es extremadamente engorroso. Los ciudadanos deben acudir personalmente a la sucursal, presentar pruebas de las transacciones, justificar la procedencia de los ingresos e incluso explicar el contexto de cada transacción sospechosa. Para empleados que trabajan a diario, pedir permiso para ir al banco supone un coste de tiempo elevado. Algunos ciudadanos, incluso después de desbloquear la cuenta, siguen teniendo restringido el uso a solo servicios presenciales, sin acceso a banca online ni cajeros automáticos, lo que equivale a retroceder los servicios financieros digitales veinte años atrás.
El “Príncipe del Globo” comentó en una publicación: “El error de los macrodatos no es mi problema, es problema del banco, y me ha causado molestias. Así que devuelvo el problema al banco.” Esta frase refleja el sentir de muchos afectados. Cuando los bancos restringen el uso de las cuentas bajo el pretexto de “proteger la seguridad de tus activos”, en realidad trasladan toda la carga probatoria y las molestias al cliente inocente.
50 retiradas consecutivas: ¿protesta silenciosa o entorpecimiento malicioso?
(Fuente: Facebook del Príncipe del Globo)
La forma de protesta adoptada por el Príncipe del Globo es altamente simbólica. Eligió retirar solo 100 NTD cada vez y realizó 50 retiradas consecutivas; este comportamiento es completamente legal, ya que el cliente tiene derecho a decidir el importe y la frecuencia de sus retiradas. Sin embargo, esta práctica sí incrementa en gran medida la carga de trabajo de los empleados del banco y podría afectar el tiempo de espera de otros clientes.
Al observar la situación, el gerente de la sucursal intervino y sugirió “retirar todo de una vez”, pero el ciudadano insistió en su derecho a retirar en varias ocasiones. Este enfrentamiento pone de manifiesto el delicado equilibrio entre los derechos de los clientes y la eficiencia del banco. Desde un punto de vista legal, el cliente ciertamente tiene derecho a elegir cómo retirar su dinero y el banco no puede obligarle a hacerlo de una sola vez. Desde una perspectiva operativa, 50 retiradas consecutivas sí pueden causar molestias en la operativa del banco.
Esta forma de protesta ha generado un intenso debate en Internet, con opiniones polarizadas. Los partidarios consideran que los controles de riesgos bancarios son excesivos, bloqueando cuentas sin motivo: “Los ciudadanos siempre pueden alzar la voz”, “El banco es quien pone trabas, así que está bien”, “Ahora los bancos tratan a los clientes como delincuentes”, “Apoyo que se le dé una lección al banco”. Estos comentarios reflejan el descontento generalizado de la sociedad ante el exceso de control de riesgos por parte de los bancos.
Por otro lado, los detractores opinan que solo afecta a los empleados de base: “Los empleados agotados, mientras los de la central toman café”, “Hace perder el tiempo a los que esperan en la cola”, “Este comportamiento desde el principio activa el control de riesgos”. Estos comentarios señalan que el objetivo de la protesta está desviado: los afectados son los empleados de sucursal, mientras que la alta dirección que establece las políticas no siente presión directa.
Algunos internautas del sector financiero señalan que las retiradas consecutivas en ventanilla no son tan lentas como muchos creen, ya que los sistemas bancarios modernos procesan cada transacción en unos 30 segundos. Sin embargo, si muchos clientes se pusieran en fila para hacer retiradas consecutivas, sí podría desplazar a otros ciudadanos que necesitan hacer trámites, siendo este “efecto cadena” el principal problema.
El dilema entre lucha contra el fraude y conveniencia: el nuevo reto de la gestión de cuentas bancarias
Fuentes del sector bancario admiten en privado que, con el refuerzo de las políticas antifraude por parte de la FSC, los bancos se ven obligados a implementar mecanismos KYC y AML estrictos. Estos requisitos regulatorios no son una iniciativa voluntaria de los bancos, sino una imposición gubernamental. Si un banco no logra prevenir eficazmente que organizaciones fraudulentas utilicen su plataforma para lavar dinero o transferir fondos ilícitos, se enfrenta a cuantiosas multas y sanciones regulatorias.
Conductas comunes que activan el control de riesgos bancario
Patrones de transacción anómalos: movimientos de entrada y salida rápidos, transacciones nocturnas frecuentes, muchas transferencias pequeñas en poco tiempo
Implicación en sectores de alto riesgo: relación con exchanges de criptomonedas, pagos hacia/desde sitios de apuestas, transferencias de origen desconocido desde el extranjero
Cambios bruscos en el uso de la cuenta: una cuenta inactiva que de repente registra muchas transacciones, aumento repentino de los importes
Alertas de terceros: notificaciones de otros bancos o de la línea antifraude 165 sobre posible implicación en fraude
Sin embargo, estos criterios de evaluación presentan un evidente problema de “pesca excesiva”. Muchas actividades comerciales legítimas son erróneamente clasificadas como sospechosas, mientras que los verdaderos grupos fraudulentos pueden eludir los controles mediante métodos más sofisticados. Más irónico aún es que, cuando un ciudadano común es bloqueado por error, suele tener que invertir mucho tiempo y esfuerzo en demostrar su inocencia, una práctica de “presunción de culpabilidad” que contradice los principios del Estado de Derecho moderno.
Aunque el sector bancario comprende el descontento ciudadano, también recalca la necesidad real de la labor antifraude. Según estadísticas de la policía, en 2024 las pérdidas económicas por fraude en Taiwán superaron los 7.000 millones de NTD, muchos de ellos involucrando cuentas de testaferro y lavado de dinero. Si el control de riesgos es demasiado laxo, los bancos pueden convertirse en cómplices de los grupos fraudulentos. Este dilema es difícil de resolver a corto plazo.
Algunos bancos ya han empezado a ajustar sus estrategias, utilizando modelos de IA más precisos para reducir la tasa de error. Por ejemplo, combinan información multidimensional como la profesión, ingresos e historial de transacciones del cliente, en lugar de basarse únicamente en el patrón de transacciones. Además, algunos bancos han simplificado el proceso de desbloqueo, permitiendo que los clientes verifiquen su identidad y el propósito de la transacción por videollamada, sin necesidad de acudir en persona a la sucursal.
La postura del director de la Comisión de Supervisión Financiera, Lee Tsan-chin, representa una actitud oficial más moderada. Afirmó que puede “comprender” el afán de los inversores taiwaneses por buscar rentabilidad. Esta declaración sugiere que los reguladores también son conscientes del impacto negativo del exceso de control de riesgos y podrían ajustar la política en el futuro.
Del caso individual al sistema: es necesaria una reforma en la gestión de cuentas bancarias
La protesta del Príncipe del Globo, aunque llamativa, es solo la punta del iceberg. En Taiwán existen millones de cuentas bancarias y cada día hay ciudadanos afectados por problemas de control de riesgos. Este malestar generalizado ya ha llamado la atención de los legisladores, algunos de los cuales exigen a la FSC revisar la política actual y encontrar un mejor equilibrio entre prevención de fraude y conveniencia.
La banca insta a los ciudadanos que tengan problemas de control de riesgos a utilizar los cauces normales de reclamación y evitar métodos radicales para no infringir la ley ni arriesgarse a que el banco cancele la relación comercial. Sin embargo, la eficiencia y eficacia de los canales normales de reclamación también deben mejorar. Muchos ciudadanos denuncian que, tras reclamar al banco, la respuesta suele ser “es una decisión del sistema, no podemos hacer nada”, y el problema sigue sin resolverse.
La solución de fondo requiere un enfoque multidimensional. Primero, los bancos deben invertir en tecnologías de control de riesgos más precisas para reducir el número de errores. En segundo lugar, se debe establecer un mecanismo de reclamación y desbloqueo más ágil y sencillo, para reducir el coste en tiempo para el cliente. En tercer lugar, mejorar la comunicación con el cliente, informando y explicando antes de bloquear la cuenta. Por último, los reguladores deberían establecer directrices más detalladas para evitar que los bancos adopten medidas excesivamente defensivas para eludir responsabilidades.
Aunque la acción del Príncipe del Globo fue radical, objetivamente ha impulsado el debate público sobre este tema. En la era de las finanzas digitales, la disponibilidad de las cuentas bancarias afecta directamente a la vida diaria y la actividad económica de los ciudadanos. Encontrar el equilibrio entre seguridad y comodidad es un reto que todo el sistema financiero debe afrontar.