Esta semana el mundo Cripto ha vuelto a recibir un golpe.

BTC tocó brevemente los 94,000 dólares el lunes antes de caer, y las monedas principales han vuelto a bajar entre un 10% y un 20%. El sentimiento de pánico en el mercado está por las nubes, más exagerado que en las anteriores rondas de mercado bajista. Aunque el mal entorno macroeconómico puede explicar parte de esto, nuestra caída es definitivamente mucho más severa que la de otros activos, incluso las acciones tecnológicas apalancadas que están más correlacionadas con el mundo Cripto no están tan mal.

Lo que es aún más grave es que las noticias sobre las enormes pérdidas de los creadores de mercado no han dejado de circular desde el colapso de octubre. El resultado es que la liquidez en el libro de órdenes se ha vuelto notablemente más delgada, la volatilidad ha aumentado drásticamente, especialmente cuando se trata de ventas masivas.

La velocidad de desapalancamiento es aterradora. Después de las grandes liquidaciones en los futuros de los intercambios centralizados, el ETF y el DAT también comenzaron a sangrar locamente. El IBIT de BlackRock estableció un récord de salida diaria de 463 millones de dólares, y el DAT experimentó por primera vez una salida neta semanal desde su lanzamiento.

La presión de venta continua ha llevado la prima de DAT directamente a la zona negativa. El mercado comienza a preocuparse por si aquellas empresas, para estabilizar el precio de sus acciones, venderán activos, lo que podría desencadenar una reacción en cadena de ventas masivas por parte del Tesoro. MSTR es la mayor bomba de tiempo; aunque Saylor salió rápidamente a desmentir que no ha vendido, la verdad aún debe ser observada.

El indicador de volatilidad, que había estado en silencio durante un tiempo, finalmente ha despertado. Después de que el precio cayera por debajo del rango de mercado alcista, tanto la volatilidad realizada como la volatilidad implícita han comenzado a aumentar. Es importante notar que la demanda de opciones de venta sigue siendo muy fuerte, lo que indica que el mercado todavía tiene un fuerte temor a una caída continua.