La reciente tendencia en la plata, de verdad que ya no la entiendo.

Las existencias están al límite, las expectativas de recorte de tipos están por las nubes y el precio no para de subir. Pero si lo piensas en frío, detrás de esta fiesta hay tres bombas de relojería:

**Primer riesgo: peligro de short squeeze**
La ratio entre posiciones abiertas y existencias en la plata de Shanghái se ha disparado a máximos históricos. ¿Y si en la fecha de entrega de diciembre en COMEX se produce otra vez un squeeze sobre los cortos? La situación podría convertirse en una venta masiva de pánico. Los largos disfrutan un rato, pero el efecto rebote duele de verdad.

**Segundo riesgo: los recortes de tipos no son seguros**
Ahora mismo el mercado apuesta un 87,4% de probabilidad a un recorte, pero ¿y si el dato PCE de septiembre que sale el 5 de diciembre muestra un repunte de la inflación? La Reserva Federal cambiaría su política al instante. No lo olvides: la plata es 1,8 veces más sensible a los tipos que el oro; cualquier movimiento en la política monetaria puede hacer que el precio suba y baje como una montaña rusa.

**Tercer riesgo: la demanda fotovoltaica está cambiando**
Aunque la demanda de plata para fotovoltaica sigue creciendo, ya sabes cómo avanza la tecnología de baterías. La Silver Institute prevé que para 2026 la proporción de plata usada en fotovoltaica bajará del 18% al 14%. Si la demanda industrial no aguanta, el precio volverá a depender puramente de factores financieros.

En resumen, ahora mismo estamos en la encrucijada entre "seguir la fiesta" y "prepararse para salir corriendo". La tendencia continúa, pero puede cambiar en cualquier momento. Hay que aprovechar mientras se pueda, pero también poner un buen stop loss: los cisnes negros de la política monetaria llegan más rápido que nadie.