El mito de los memecoins: ¿quién se enriquece en silencio y quién lo pierde todo?

Últimamente la actividad on-chain está completamente desatada.

¿A cuántas historias has visto ya de gente que, antes de dormir, compra un memecoin cualquiera y al despertar descubre que su cuenta tiene varios ceros más? En los grupos no paran de compartir capturas de pantalla, uno tras otro, como si todo fueran minas de oro y bastara con cavar un poco para alcanzar la libertad financiera. Muchos, al ver esto, ya no pueden quedarse quietos: dejan de operar en el mercado secundario, pasan de estudiar fundamentales y solo les queda una idea en la cabeza: ¡yo también quiero encontrar la próxima moneda que multiplique por cien!

Pero hay una pregunta que quizás no te has hecho: el dinero que ganas, ¿de quién crees que lo pierdes?

Este mercado nunca ha sido de “finanzas inclusivas”, la ley del 80/20 es la verdadera norma. Esas capturas de pantalla que te hacen soñar con forrarte de un día para otro, o son del propio equipo del proyecto haciendo trampas, o son selecciones donde solo muestran las ganancias y nunca las pérdidas. ¿Por qué hacen esto? Porque necesitan esos mitos, necesitan que entres a comprar cuando ellos ya están saliendo.

El dinero inteligente ya salió hace tiempo

Mientras los minoristas siguen soñando con “la vida xx”, el verdadero dinero inteligente hace rato que se retiró en silencio.

Ellos ya no siguen jugándose el todo por el todo on-chain, sino que han cambiado la mayor parte de sus fichas por activos más líquidos y con mayor certidumbre: Bitcoin, Ethereum y similares. Puede que dejen alguna pequeña posición para seguir jugando, pero la mayor parte del capital ya ha cambiado de sitio.

Cuando te das cuenta de que tu “memecoin dorado” se ha convertido en un “shitcoin muerto” y quieres volver a las monedas principales, normalmente ya es demasiado tarde. ¿Aquellos que se forraron con memecoins? Hace tiempo que cambiaron sus beneficios por BTC y ETH.

¿Quién está ganando realmente?

La respuesta es sencilla: instituciones, KOLs y bots (“científicos”).

El esquema es bastante simple:

Las instituciones se asocian con varios KOLs para lanzar tokens, siguen de cerca las tendencias de los grandes y en un solo día pueden lanzar cientos de proyectos. Si alguno se pone de moda, los KOLs se lanzan en masa: primero compran ellos y luego empiezan a promocionar. Los “científicos” usan bots para adelantarse, y cuando los minoristas ven el tuit, el precio ya se ha multiplicado por 100.

Los que entran pronto pueden rascar algo; los que llegan tarde solo sirven para sostener el precio.

¿Lanzamiento justo? Si una persona normal lanza un token sin el respaldo de ningún KOL, nadie le va a prestar atención. Algún afortunado puede pillar algo, pero al equipo no le preocupa: lo que has ganado esta vez, seguramente lo perderás en el siguiente proyecto.

Al final te das cuenta de que, tras todo este tiempo, tu dinero ha acabado en la cartera en forma de Bitcoin o Ethereum de otra persona, mientras tú te quedas con un memecoin que ya ha llegado a cero.

Esto es un juego diseñado al milímetro

En realidad, esto es una trampa orquestada por cierto exchange líder.

Piénsalo: si el criptomercado sigue por este camino, ¿qué futuro nos espera? Si Wall Street entra y ve estas escenas, probablemente se lleve un buen disgusto.

Los grandes tienen montones de tokens de la plataforma: primero suben el precio para atraer la atención, convierten el ecosistema en el centro de todas las miradas; luego se asocian con KOLs para crear el mito de “enriquecimiento con memecoins”, historias de gente que convierte unos miles de euros en millones, y así atraen a aún más gente. Los KOLs se ponen de acuerdo para alabar el proyecto y crear la ilusión de que “cualquiera puede hacerse rico”.

Mientras tanto, los que estaban preparados venden en máximos y pasan la pelota a los últimos en llegar.

Como minorista, no tienes ni la tecnología ni la información privilegiada para anticiparte, así que mejor no te metas en estos juegos.

La riqueza no se consigue de la noche a la mañana

Quienes realmente alcanzan la libertad financiera son los que han sobrevivido a varios ciclos de mercado, acumulando experiencia en la volatilidad y manteniéndose firmes en los momentos bajos.

Bitcoin y Ethereum son los únicos activos que realmente pueden conservar el valor a largo plazo.

En vez de jugártelo todo a un memecoin, mejor adelántate y posiciona tu cartera en activos que realmente aporten valor.

Quizás con los memes puedas sacar algo de dinero para tus gastos, pero esas historias de multiplicar por diez o por cien solo son para unos pocos. La mayoría solo acabará perdiéndolo todo en este juego. Incluso si por suerte ganas una vez, si no sabes gestionarlo, acabarás perdiéndolo todo por tu cuenta.

Ahora mismo, la fiebre de hacerse rico con BSC está en su punto álgido y los que van a comprar el último son los que hacen cola. Cuando pase esta oleada de memecoins, lo más probable es que el mercado vuelva a centrarse en los activos principales.

La próxima tendencia, probablemente, no estará en estas modas, sino en Bitcoin y Ethereum.

No puedo decirte que no juegues, al final no es mi lugar cortar el camino de nadie. Solo espero que no pierdas la cabeza ni dejes que te cieguen. Quédate con una idea: el mercado siempre es más cruel y más realista de lo que imaginas.