Hay una nueva perspectiva sobre la colección digital que está llamando la atención. Imagina poseer e interactuar con personajes de franquicias con las que has crecido, no solo como imágenes estáticas, sino como activos jugables. Esa es la visión que se está materializando aquí. Al combinar la nostalgia con la utilidad de blockchain, los coleccionistas obtienen más que propiedad; obtienen una experiencia. El modelo une la concesión de licencias de IP con mecánicas de Web3, creando un espacio donde la afición se encuentra con la funcionalidad. Es una evolución interesante en cómo pensamos sobre los coleccionables digitales y el entretenimiento interactivo.