Las empresas de capital privado están reforzando últimamente sus equipos de deuda de infraestructura. ¿Por qué? Singapur se está tomando en serio la brecha de huellas de carbono, no solo a nivel local, sino en todo el corredor del sudeste asiático.

El dinero sigue el mandato. A medida que la ciudad-estado implementa objetivos agresivos de descarbonización, los gestores de fondos están desesperados por desplegar capital en proyectos de infraestructura verde. Piensa en redes de energía renovable, redes logísticas neutras en carbono, bonos vinculados a la sostenibilidad. El tipo de cosas que no existían en los comités de inversión hace cinco años.

El sudeste asiático se está convirtiendo en un campo de pruebas para las finanzas climáticas a gran escala. ¿Y las empresas que se están posicionando ahora? Están apostando fuerte a que los vientos regulatorios convertirán los productos de deuda de nicho de hoy en las asignaciones de cartera centrales de mañana.