Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
12 me gusta
Recompensa
12
7
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
GasWaster
· hace1h
ngl hal estaba en algo, pero hermano, si viera las tarifas de gas de hoy, probablemente dejaría de escribir código por completo lmao
Ver originalesResponder0
EyeOfTheTokenStorm
· hace16h
La frase de Hal Finney es muy acertada. Si me preguntas, hoy en día hay demasiados que solo hablan, ¿cuántos realmente están escribiendo código?
Ver originalesResponder0
BankruptWorker
· hace16h
¡Vaya, la frase de Hal Finney es realmente increíble, es mil veces más clara que la de aquellos que siempre alaban el precio de la moneda!
Ver originalesResponder0
Web3ExplorerLin
· hace16h
hipótesis: El mantra de Hal básicamente codificó toda la ética de los futuros descentralizados en una única declaración de compilación... el tipo literalmente puentó la brecha entre la filosofía y la implementación antes de que tuviéramos redes de oráculos de las que hablar.
Ver originalesResponder0
SnapshotDayLaborer
· hace16h
Escribir código cambia el mundo, Hal Finney ya lo entendía en su época, y nosotros todavía estamos hablando de eso.
Ver originalesResponder0
GasOptimizer
· hace16h
De verdad, lo que dijo Hal es más acertado que las palabras de aquellos que solo gritan eslóganes todos los días.
Ver originalesResponder0
MintMaster
· hace16h
Hal Finney realmente es un visionario, ya estaba programando desde el principio, no está exagerando en absoluto. Comparado con este grupo que solo grita consignas todo el día, la diferencia es abismal.
Cuando Bitcoin no valía absolutamente nada, Hal Finney ya vio el futuro.
¿Su mensaje? Simple y poderoso:
"Si quieres cambiar el mundo, ¡escribe código!"
Sin hype. Sin promesas. Solo una pura mentalidad de constructor. Ese es el espíritu que dio vida a toda una industria.