Piénsalo de esta manera: los aranceles son básicamente un impuesto sobre las ventas, simplemente añadido a las cosas que vienen de otros países.

Cuando las mercancías cruzan fronteras, los gobiernos añaden estos cargos adicionales. Los importadores pagan por adelantado y luego trasladan el costo a lo largo de la cadena. Para cuando los productos llegan a las estanterías, los consumidores terminan pagando la cuenta a través de precios más altos.

Está disfrazado de política comercial, pero funcionalmente? Funciona como cualquier otro impuesto al consumo. La carga no recae en los exportadores extranjeros, sino que recae directamente sobre los compradores nacionales.

Así que si te preguntas por qué la electrónica o la ropa importadas de repente cuestan más, este mecanismo suele ser parte de la ecuación. Los aranceles remodelan el poder adquisitivo sin que la mayoría de las personas se den cuenta de que están pagando un impuesto indirecto sobre el comercio transfronterizo.