Un estafador de criptomonedas acaba de recibir una sentencia de 11 años de cárcel tras orquestar una de las estafas más devastadoras en la historia de las monedas digitales. El perpetrador logró drenar 7.2 mil millones de dólares de las billeteras de más de 128,000 víctimas antes de que las autoridades finalmente lo atraparan. Este caso se erige como un recordatorio contundente de que el espacio cripto, a pesar de su innovación y oportunidades, sigue siendo un terreno de caza para criminales sofisticados. La magnitud es asombrosa: cada víctima perdió un promedio de más de 56,000 dólares, y algunas personas supuestamente quedaron completamente arruinadas. Si bien una sentencia de 11 años puede parecer sustancial, muchos en la comunidad se preguntan si realmente es proporcional a la devastación financiera que dejó a su paso. Los tribunales aún están navegando cómo castigar adecuadamente los crímenes de esta magnitud en el ecosistema cripto relativamente joven.