El futuro de Tesla podría depender de algo mucho más revolucionario que los vehículos eléctricos o incluso los taxis autónomos. Según Elon Musk, un asombroso 80% del valor futuro de la empresa podría provenir de su proyecto de robot humanoide, Optimus, una afirmación que ha recibido apoyo de rincones poco probables, incluido el CEO de Nvidia, Jensen Huang.
Mientras que las ambiciones de vehículos autónomos de Tesla han dominado los titulares durante años, Musk está apostando a que los robots humanoides de propósito general representan una oportunidad aún mayor. Estos robots no son solo juguetes mecánicos elegantes: encarnan la próxima frontera de la IA: sistemas que no solo responden a indicaciones, sino que interactúan y manipulan activamente el mundo físico.
Las implicaciones son profundas. A diferencia del negocio de vehículos de Tesla, que enfrenta una competencia brutal y una demanda cíclica, Optimus podría convertirse en un activo recurrente y de alto margen para las empresas desesperadas por compensar la escasez de mano de obra y el aumento de costos. Desplegados internamente, estos robots podrían reducir drásticamente los costos de fabricación de Tesla al mismo tiempo que abren puertas a mercados completamente nuevos en logística, salud y retail.
He visto cómo las ambiciones de Tesla han crecido cada vez más audaces a lo largo de los años, y esta podría ser la apuesta más audaz de Musk hasta ahora. La competencia es feroz: el Atlas de Boston Dynamics muestra una movilidad impresionante, mientras que Figure AI ha atraído el respaldo de gigantes tecnológicos como Microsoft y OpenAI. Pero la integración vertical de Tesla y su experiencia en IA le otorgan ventajas únicas.
El objetivo de valoración de Musk de $10 trillones para Optimus parece típicamente extravagante, pero el mercado potencial es genuinamente masivo. Si Tesla puede resolver la robótica de propósito general antes que los competidores, transformaría fundamentalmente el modelo de negocio y la trayectoria de crecimiento de la empresa.
Dicho esto, soy escéptico sobre los plazos. La robótica humanoide sigue estando a años de la adopción generalizada, y la historia de Musk de hacer promesas excesivas está bien documentada. Los inversores no deberían esperar que Optimus impacte las finanzas de Tesla en el corto plazo; esto sigue siendo una apuesta arriesgada por un futuro radicalmente diferente.
Con los mercados ya nerviosos tras las amenazas arancelarias de Trump que borraron $1.5 billones del S&P 500 la semana pasada, los inversores de Tesla podrían necesitar una paciencia extraordinaria. Pero si Musk tiene razón, aunque sea en parte, sobre Optimus, el retorno podría hacer que el negocio actual de vehículos eléctricos parezca trivial en comparación.
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La apuesta de IA de Elon Musk: por qué Optimus, no Robotaxis, podría impulsar los futuros trillones de Tesla
El futuro de Tesla podría depender de algo mucho más revolucionario que los vehículos eléctricos o incluso los taxis autónomos. Según Elon Musk, un asombroso 80% del valor futuro de la empresa podría provenir de su proyecto de robot humanoide, Optimus, una afirmación que ha recibido apoyo de rincones poco probables, incluido el CEO de Nvidia, Jensen Huang.
Mientras que las ambiciones de vehículos autónomos de Tesla han dominado los titulares durante años, Musk está apostando a que los robots humanoides de propósito general representan una oportunidad aún mayor. Estos robots no son solo juguetes mecánicos elegantes: encarnan la próxima frontera de la IA: sistemas que no solo responden a indicaciones, sino que interactúan y manipulan activamente el mundo físico.
Las implicaciones son profundas. A diferencia del negocio de vehículos de Tesla, que enfrenta una competencia brutal y una demanda cíclica, Optimus podría convertirse en un activo recurrente y de alto margen para las empresas desesperadas por compensar la escasez de mano de obra y el aumento de costos. Desplegados internamente, estos robots podrían reducir drásticamente los costos de fabricación de Tesla al mismo tiempo que abren puertas a mercados completamente nuevos en logística, salud y retail.
He visto cómo las ambiciones de Tesla han crecido cada vez más audaces a lo largo de los años, y esta podría ser la apuesta más audaz de Musk hasta ahora. La competencia es feroz: el Atlas de Boston Dynamics muestra una movilidad impresionante, mientras que Figure AI ha atraído el respaldo de gigantes tecnológicos como Microsoft y OpenAI. Pero la integración vertical de Tesla y su experiencia en IA le otorgan ventajas únicas.
El objetivo de valoración de Musk de $10 trillones para Optimus parece típicamente extravagante, pero el mercado potencial es genuinamente masivo. Si Tesla puede resolver la robótica de propósito general antes que los competidores, transformaría fundamentalmente el modelo de negocio y la trayectoria de crecimiento de la empresa.
Dicho esto, soy escéptico sobre los plazos. La robótica humanoide sigue estando a años de la adopción generalizada, y la historia de Musk de hacer promesas excesivas está bien documentada. Los inversores no deberían esperar que Optimus impacte las finanzas de Tesla en el corto plazo; esto sigue siendo una apuesta arriesgada por un futuro radicalmente diferente.
Con los mercados ya nerviosos tras las amenazas arancelarias de Trump que borraron $1.5 billones del S&P 500 la semana pasada, los inversores de Tesla podrían necesitar una paciencia extraordinaria. Pero si Musk tiene razón, aunque sea en parte, sobre Optimus, el retorno podría hacer que el negocio actual de vehículos eléctricos parezca trivial en comparación.