Las cuentas pequeñas sueñan con el éxito viral. Esa es una trampa.
La viralidad sin retención es un subidón de azúcar. Ganas impresiones, pero no gravedad.
Lo que importa es la adherencia: –> ¿Pueden las personas describirte en una línea? –> ¿Regresan para tu próxima publicación? –> ¿Tu contenido se convierte en una identidad?
La viralidad es ruido. La pegajosidad es identidad.
Si eres pequeño, no persigas la exposición.
Persigue la memorabilidad.
El algoritmo olvida rápido.
Los lectores no.
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La ilusión de la viralidad
Las cuentas pequeñas sueñan con el éxito viral. Esa es una trampa.
La viralidad sin retención es un subidón de azúcar.
Ganas impresiones, pero no gravedad.
Lo que importa es la adherencia:
–> ¿Pueden las personas describirte en una línea?
–> ¿Regresan para tu próxima publicación?
–> ¿Tu contenido se convierte en una identidad?
La viralidad es ruido. La pegajosidad es identidad.
Si eres pequeño, no persigas la exposición.
Persigue la memorabilidad.
El algoritmo olvida rápido.
Los lectores no.