El comercio de futuros lleva "defensa", y su núcleo es para limitar la pérdida máxima, evitando que el riesgo de apalancamiento devore directamente el capital, y en esencia es colocar un "colchón de seguridad" en la cuenta.
El apalancamiento y el mecanismo de liquidación de futuros determinan que no hay espacio para "resistir".
Enfrentando riesgos desconocidos: las tendencias del mercado no se pueden predecir al 100%, noticias repentinas y volatilidades extremas pueden provocar movimientos de mercado en contra, las estrategias de defensa (como el stop loss) pueden establecer un límite de pérdida de antemano.
Evitar el liquidación pasiva: sin una defensa activa, una vez que el mercado se mueva en contra, las pérdidas seguirán ampliándose, lo que inevitablemente llevará a una liquidación forzada; mientras que tener una defensa activa permite controlar el riesgo de manera proactiva, en lugar de esperar pasivamente a que el sistema liquide.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El comercio de futuros lleva "defensa", y su núcleo es para limitar la pérdida máxima, evitando que el riesgo de apalancamiento devore directamente el capital, y en esencia es colocar un "colchón de seguridad" en la cuenta.
El apalancamiento y el mecanismo de liquidación de futuros determinan que no hay espacio para "resistir".
Enfrentando riesgos desconocidos: las tendencias del mercado no se pueden predecir al 100%, noticias repentinas y volatilidades extremas pueden provocar movimientos de mercado en contra, las estrategias de defensa (como el stop loss) pueden establecer un límite de pérdida de antemano.
Evitar el liquidación pasiva: sin una defensa activa, una vez que el mercado se mueva en contra, las pérdidas seguirán ampliándose, lo que inevitablemente llevará a una liquidación forzada; mientras que tener una defensa activa permite controlar el riesgo de manera proactiva, en lugar de esperar pasivamente a que el sistema liquide.