La alianza entre el poder político y la prosperidad económica a menudo genera una acumulación de patrimonio notable. Aquí hay un vistazo a los diez jefes de Estado y líderes mundiales más opulentos, cuyas fortunas oscilan entre cientos de millones y decenas de miles de millones de dólares.
En la cima de la lista, encontramos al presidente ruso Vladimir Putin, con una fortuna colosal estimada en 70 mil millones de dólares, lo que lo coloca en la cima de este ranking.
En segundo lugar se encuentra Donald Trump, 45° presidente de los Estados Unidos y famoso magnate de bienes raíces, cuya riqueza se estima en aproximadamente 5,3 mil millones de dólares.
Luego viene Ali Khamenei, Líder supremo de Irán, con un patrimonio considerable de 2 mil millones de dólares, fruto de décadas de influencia política y estratégica.
En la categoría intermedia, Joseph Kabila, exlíder de la República Democrática del Congo, posee activos estimados en 1,5 mil millones de dólares.
El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, conocido por su estilo de vida lujoso, posee una fortuna de 1,4 mil millones de dólares.
El rey Mohammed VI de Marruecos, poseedor de importantes intereses en diversos sectores económicos, es acreditado con una riqueza de 1,1 mil millones de dólares.
El exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se une a esta lista con una fortuna de mil millones de dólares, acumulada gracias a su imperio mediático y financiero.
Abdel Fattah el-Sisi, presidente egipcio, y Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur, también figuran en este ranking con fortunas respectivas estimadas en mil millones y 700 millones de dólares.
Finalmente, Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa, cierra esta lista con un patrimonio evaluado en 500 millones de dólares.
Estos líderes ilustran cómo la influencia política puede ir acompañada de una considerable riqueza personal, constituida por una mezcla de herencia, talento empresarial y actividades relacionadas con el Estado. Su situación financiera es testimonio del poder económico sustancial que poseen algunas de las personalidades más influyentes en la escena internacional.
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La alianza entre el poder político y la prosperidad económica a menudo genera una acumulación de patrimonio notable. Aquí hay un vistazo a los diez jefes de Estado y líderes mundiales más opulentos, cuyas fortunas oscilan entre cientos de millones y decenas de miles de millones de dólares.
En la cima de la lista, encontramos al presidente ruso Vladimir Putin, con una fortuna colosal estimada en 70 mil millones de dólares, lo que lo coloca en la cima de este ranking.
En segundo lugar se encuentra Donald Trump, 45° presidente de los Estados Unidos y famoso magnate de bienes raíces, cuya riqueza se estima en aproximadamente 5,3 mil millones de dólares.
Luego viene Ali Khamenei, Líder supremo de Irán, con un patrimonio considerable de 2 mil millones de dólares, fruto de décadas de influencia política y estratégica.
En la categoría intermedia, Joseph Kabila, exlíder de la República Democrática del Congo, posee activos estimados en 1,5 mil millones de dólares.
El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, conocido por su estilo de vida lujoso, posee una fortuna de 1,4 mil millones de dólares.
El rey Mohammed VI de Marruecos, poseedor de importantes intereses en diversos sectores económicos, es acreditado con una riqueza de 1,1 mil millones de dólares.
El exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se une a esta lista con una fortuna de mil millones de dólares, acumulada gracias a su imperio mediático y financiero.
Abdel Fattah el-Sisi, presidente egipcio, y Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur, también figuran en este ranking con fortunas respectivas estimadas en mil millones y 700 millones de dólares.
Finalmente, Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa, cierra esta lista con un patrimonio evaluado en 500 millones de dólares.
Estos líderes ilustran cómo la influencia política puede ir acompañada de una considerable riqueza personal, constituida por una mezcla de herencia, talento empresarial y actividades relacionadas con el Estado. Su situación financiera es testimonio del poder económico sustancial que poseen algunas de las personalidades más influyentes en la escena internacional.