Mi batalla personal contra el seguimiento de transacciones de criptomonedas

¡Demonios, qué molesta es esta "transparencia" en el mundo de las criptomonedas! Cada día oigo de la gente que el blockchain es un milagro tecnológico, pero por alguna razón nadie dice que ahora cualquiera puede ver tu dinero y tus transacciones.

Recientemente tuve que rastrear mi transacción en Bitcoin. ¿Y saben qué? Este proceso me hizo entender cuán desprotegidos estamos todos ante esta tecnología. Personalmente, sentí lo que es estar bajo el microscopio del mundo digital.

Todo este sistema de exploradores de blockchain es simplemente una herramienta de vigilancia. Sí, puedo ver a dónde se fueron mis fondos, ¡pero cualquier otro también puede ver todas mis operaciones financieras! ¿Y esto se llama "criptomoneda"? ¿Dónde está la criptografía que protege al usuario?

Cuando entré en uno de estos exploradores, me sorprendió cuánta información está disponible allí: montos, direcciones, tiempos, comisiones... ¡Todo al alcance de la mano! Y no importa que no haya mi nombre ahí - si alguien conecta una de mis direcciones con mi identidad, toda mi vida financiera se convertirá en un libro abierto.

Es gracioso que para verificar una transacción a través de la descarga de la blockchain se necesite ocupar la mitad del disco duro. ¿340 gigabytes para Bitcoin Core? ¿En serio? No tengo tanto espacio ni siquiera para juegos, ¡sin mencionar alguna base de datos de transacciones!

¿Y qué hacer si la transacción se perdió? Verifica la billetera, luego el explorador, luego escribe al soporte de alguna plataforma, donde ni siquiera es un hecho que te ayuden. ¡Y si accidentalmente enviaste dinero a una dirección incorrecta, felicidades, tu dinero se fue a un agujero negro para siempre!

Sí, entiendo toda la importancia de la blockchain para la independencia financiera, pero seamos honestos: esta tecnología aún es cruda y es intolerante a los errores de los usuarios. Y hasta ahora, lo único que protege nuestra privacidad es la confusión en las direcciones y hashes.

Al final, puede que así es como deben funcionar el dinero del futuro: implacablemente honesto y sin posibilidad de ocultar nada. Pero no estoy seguro de que la sociedad esté lista para tal grado de transparencia.