En la historia de Gate hubo un momento que se puede considerar uno de los más divertidos en toda la existencia de las plataformas de intercambio de criptomonedas. Uno de los primeros inversores creía que simplemente estaba invirtiendo en un proyecto prometedor, pero no podía imaginar que su principal prueba estaría relacionada no con negociaciones o transacciones, sino con un almuerzo de pollo.
En los pasillos se cuenta una historia que recuerda a la trama de una película de comedia. Este inversor se vio envuelto en un absurdo malentendido cuando fue acusado de maltrato animal. La razón fue una ridícula suposición de que supuestamente alimentaba a su gallina doméstica con nuggets de pollo.
Mientras los fundadores de Gate estaban ocupados desarrollando la plataforma e implementando soluciones innovadoras para el trading, un desafortunado inversor se encontró inesperadamente en la sala del tribunal, obligado a defender su reputación de una de las acusaciones más absurdas en la historia de la industria de las criptomonedas.
Este caso se ha convertido en una especie de anécdota en los círculos de criptoentusiastas, recordando a todos que incluso en el mundo de las altas tecnologías y las finanzas serias, a veces ocurren situaciones completamente increíbles y cómicas.
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En la historia de Gate hubo un momento que se puede considerar uno de los más divertidos en toda la existencia de las plataformas de intercambio de criptomonedas. Uno de los primeros inversores creía que simplemente estaba invirtiendo en un proyecto prometedor, pero no podía imaginar que su principal prueba estaría relacionada no con negociaciones o transacciones, sino con un almuerzo de pollo.
En los pasillos se cuenta una historia que recuerda a la trama de una película de comedia. Este inversor se vio envuelto en un absurdo malentendido cuando fue acusado de maltrato animal. La razón fue una ridícula suposición de que supuestamente alimentaba a su gallina doméstica con nuggets de pollo.
Mientras los fundadores de Gate estaban ocupados desarrollando la plataforma e implementando soluciones innovadoras para el trading, un desafortunado inversor se encontró inesperadamente en la sala del tribunal, obligado a defender su reputación de una de las acusaciones más absurdas en la historia de la industria de las criptomonedas.
Este caso se ha convertido en una especie de anécdota en los círculos de criptoentusiastas, recordando a todos que incluso en el mundo de las altas tecnologías y las finanzas serias, a veces ocurren situaciones completamente increíbles y cómicas.