Cuando supe por primera vez sobre el problema de los bitcoins perdidos, se me erizó el cabello. ¡Solo imagina: alrededor de 6 millones de monedas, el 30% de todos los bitcoins jamás minados, simplemente están inertes en la blockchain! ¡Esas malditas monedas no han desaparecido, todavía están ahí, pero nadie podrá gastarlas nunca! ¿Y todo por qué? ¡Por contraseñas olvidadas y discos duros desechados!
Cuanto más profundizaba en estas historias, más me invadía un sentimiento entre el horror y el regocijo. Aquí hay personas reales, chicos comunes como yo, que podrían estar viviendo como reyes ahora, pero en su lugar muerden sus codos.
Toma, por ejemplo, a este desafortunado británico Howell. ¡El hombre simplemente tiró un disco duro con 7,500 bitcoins! ¡Ahora eso es más de un cuarto de mil millones de dólares! Me imagino cómo, durante años, él va a este vertedero en Newport y mira las montañas de basura, sabiendo que en algún lugar ahí está su boleto a una nueva vida. ¡Y lo más frustrante es que el dinero está allí, pero no se puede tocar!
¿Y el programador Thomas con su IronKey? Al hombre le quedan solo dos intentos para ingresar la contraseña, antes de que el dispositivo con 7,002 bitcoins se bloquee para siempre. ¡Esto es una verdadera ruleta rusa! No podría dormir por las noches, repasando en mi cabeza las posibles combinaciones.
Particularmente me molesta la historia con Cotten y su intercambio. El hombre murió repentinamente, llevándose consigo las contraseñas de las billeteras de los clientes por un total de $215 millones. ¿Y ahora qué? Correcto, un montón de personas se quedó sin nada. ¡Ahí tienes el "futuro de las finanzas", ahí tienes la "descentralización"!
Esta situación muestra la principal paradoja de las criptomonedas: son al mismo tiempo extremadamente seguras y monstruosamente frágiles. Nadie puede hackear una billetera de bitcoin, pero si olvidas la contraseña, tus millones se convierten en líneas de código que solo puedes mirar.
¿Y saben qué? Mientras estos "inversores" lamentan sus fortunas perdidas, veo cierta justicia aquí. La mayoría de ellos obtuvieron estas monedas casi gratis, cuando el bitcoin costaba centavos. No valoraron lo que tenían. Y ahora, cuando el bitcoin ha subido hasta las nubes, de repente comenzaron a buscar en vertederos y a contratar hackers.
"¡No tus claves, no tus bitcoins!" - esto no es solo una frase genial, es una dura realidad del mundo cripto. Y me parece que esos 6 millones de bitcoins perdidos permanecerán para siempre como un monumento a la negligencia y la avaricia humanas.
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Bitcoin perdidos: el cementerio de millones digitales
Cuando supe por primera vez sobre el problema de los bitcoins perdidos, se me erizó el cabello. ¡Solo imagina: alrededor de 6 millones de monedas, el 30% de todos los bitcoins jamás minados, simplemente están inertes en la blockchain! ¡Esas malditas monedas no han desaparecido, todavía están ahí, pero nadie podrá gastarlas nunca! ¿Y todo por qué? ¡Por contraseñas olvidadas y discos duros desechados!
Cuanto más profundizaba en estas historias, más me invadía un sentimiento entre el horror y el regocijo. Aquí hay personas reales, chicos comunes como yo, que podrían estar viviendo como reyes ahora, pero en su lugar muerden sus codos.
Toma, por ejemplo, a este desafortunado británico Howell. ¡El hombre simplemente tiró un disco duro con 7,500 bitcoins! ¡Ahora eso es más de un cuarto de mil millones de dólares! Me imagino cómo, durante años, él va a este vertedero en Newport y mira las montañas de basura, sabiendo que en algún lugar ahí está su boleto a una nueva vida. ¡Y lo más frustrante es que el dinero está allí, pero no se puede tocar!
¿Y el programador Thomas con su IronKey? Al hombre le quedan solo dos intentos para ingresar la contraseña, antes de que el dispositivo con 7,002 bitcoins se bloquee para siempre. ¡Esto es una verdadera ruleta rusa! No podría dormir por las noches, repasando en mi cabeza las posibles combinaciones.
Particularmente me molesta la historia con Cotten y su intercambio. El hombre murió repentinamente, llevándose consigo las contraseñas de las billeteras de los clientes por un total de $215 millones. ¿Y ahora qué? Correcto, un montón de personas se quedó sin nada. ¡Ahí tienes el "futuro de las finanzas", ahí tienes la "descentralización"!
Esta situación muestra la principal paradoja de las criptomonedas: son al mismo tiempo extremadamente seguras y monstruosamente frágiles. Nadie puede hackear una billetera de bitcoin, pero si olvidas la contraseña, tus millones se convierten en líneas de código que solo puedes mirar.
¿Y saben qué? Mientras estos "inversores" lamentan sus fortunas perdidas, veo cierta justicia aquí. La mayoría de ellos obtuvieron estas monedas casi gratis, cuando el bitcoin costaba centavos. No valoraron lo que tenían. Y ahora, cuando el bitcoin ha subido hasta las nubes, de repente comenzaron a buscar en vertederos y a contratar hackers.
"¡No tus claves, no tus bitcoins!" - esto no es solo una frase genial, es una dura realidad del mundo cripto. Y me parece que esos 6 millones de bitcoins perdidos permanecerán para siempre como un monumento a la negligencia y la avaricia humanas.