El primer hombre que, habiendo cercado un terreno, se le ocurrió decir "Esto es mío", y encontró a personas lo suficientemente simples como para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¿De cuántos crímenes, guerras y asesinatos, de cuántos horrores y desdichas podría alguien haber salvado a la humanidad, al quitar las estacas, o al llenar la zanja, y gritar a sus compañeros: "¡Cuidado con escuchar a este impostor; están perdidos si una vez olvidan que los frutos de la tierra pertenecen a todos nosotros, y la tierra misma a nadie!"
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El primer hombre que, habiendo cercado un terreno, se le ocurrió decir "Esto es mío", y encontró a personas lo suficientemente simples como para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¿De cuántos crímenes, guerras y asesinatos, de cuántos horrores y desdichas podría alguien haber salvado a la humanidad, al quitar las estacas, o al llenar la zanja, y gritar a sus compañeros: "¡Cuidado con escuchar a este impostor; están perdidos si una vez olvidan que los frutos de la tierra pertenecen a todos nosotros, y la tierra misma a nadie!"