Los quokkas son considerados los "animales más felices del mundo" debido a su estructura facial única, que les da una apariencia de sonrisa permanente, y su comportamiento curioso y amigable hacia los humanos. Aunque sus sonrisas no son un signo de felicidad real, el fenómeno icónico del "selfie con quokka" ha difundido su imagen a nivel mundial, convirtiéndolos en símbolos de positividad y alegría.
Los quokkas tienen una estructura facial naturalmente encantadora, con una boca y mejillas que crean la ilusión de una sonrisa perpetua. Esta característica es lo que les valió el apodo cariñoso. Se les conoce por ser curiosos y accesibles, interactuando a menudo con las personas, especialmente en la isla Rottnest.
La tendencia del "selfie con quokkas" despegó a mediados de la década de 2010, con celebridades y turistas por igual compartiendo fotos con los sonrientes marsupiales, consolidando aún más su imagen de felicidad. La sonrisa es puramente un resultado de su anatomía facial; no refleja su estado emocional.
A pesar de su naturaleza amigable, los quokkas son animales salvajes. Se recuerda a los visitantes que no los toquen ni los alimenten, ya que esto puede perjudicar su salud y su hábitat. El quokka está catalogado como vulnerable bajo la ley nacional de medio ambiente de Australia debido a amenazas como la destrucción del hábitat, el cambio climático y los depredadores invasores. Sus poblaciones insulares están en mejor situación que sus contrapartes en el continente.
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Sé un QUOKKA 😍
Los quokkas son considerados los "animales más felices del mundo" debido a su estructura facial única, que les da una apariencia de sonrisa permanente, y su comportamiento curioso y amigable hacia los humanos. Aunque sus sonrisas no son un signo de felicidad real, el fenómeno icónico del "selfie con quokka" ha difundido su imagen a nivel mundial, convirtiéndolos en símbolos de positividad y alegría.
Los quokkas tienen una estructura facial naturalmente encantadora, con una boca y mejillas que crean la ilusión de una sonrisa perpetua. Esta característica es lo que les valió el apodo cariñoso. Se les conoce por ser curiosos y accesibles, interactuando a menudo con las personas, especialmente en la isla Rottnest.
La tendencia del "selfie con quokkas" despegó a mediados de la década de 2010, con celebridades y turistas por igual compartiendo fotos con los sonrientes marsupiales, consolidando aún más su imagen de felicidad. La sonrisa es puramente un resultado de su anatomía facial; no refleja su estado emocional.
A pesar de su naturaleza amigable, los quokkas son animales salvajes. Se recuerda a los visitantes que no los toquen ni los alimenten, ya que esto puede perjudicar su salud y su hábitat. El quokka está catalogado como vulnerable bajo la ley nacional de medio ambiente de Australia debido a amenazas como la destrucción del hábitat, el cambio climático y los depredadores invasores. Sus poblaciones insulares están en mejor situación que sus contrapartes en el continente.