Cuando todavía tienes quejas, en realidad refleja que los días no son tan difíciles. En verdaderos tiempos difíciles, el sufrimiento es silencioso, no hay fuerza ni voz para gritar, solo hay gratitud por cada pequeña belleza que aparece de vez en cuando. Al ver los Tres Reinos, en una era de caos y desolación, ya se ha desgastado el deseo de quejarse; los que les va bien, comen carne a grandes bocados y beben a grandes tragos, ya que cada día es un juego arriesgado, nadie sabe hasta cuándo vivirá. Al igual que una persona que ha pasado muchos días hambrienta, solo tiene desesperación y silencio, definitivamente no habrá quejas; cuando de repente le das un pan al vapor, aunque sea un pan duro y frío, su pecho se llenará de gratitud, en lugar de decir: "¿Eh, por qué me das un pan frío?"
Ver originales
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
Cuando todavía tienes quejas, en realidad refleja que los días no son tan difíciles. En verdaderos tiempos difíciles, el sufrimiento es silencioso, no hay fuerza ni voz para gritar, solo hay gratitud por cada pequeña belleza que aparece de vez en cuando. Al ver los Tres Reinos, en una era de caos y desolación, ya se ha desgastado el deseo de quejarse; los que les va bien, comen carne a grandes bocados y beben a grandes tragos, ya que cada día es un juego arriesgado, nadie sabe hasta cuándo vivirá. Al igual que una persona que ha pasado muchos días hambrienta, solo tiene desesperación y silencio, definitivamente no habrá quejas; cuando de repente le das un pan al vapor, aunque sea un pan duro y frío, su pecho se llenará de gratitud, en lugar de decir: "¿Eh, por qué me das un pan frío?"