
El throughput indica la cantidad de “trabajo” que una red blockchain puede procesar en un periodo determinado, normalmente expresado en transacciones por segundo (TPS) o capacidad computacional gestionada por segundo. Este parámetro es esencial para saber si las transacciones se acumularán en cola y si las comisiones se dispararán en momentos de congestión.
Imagine una blockchain como una autopista: cuantas más vías y peajes más ágiles, más vehículos cruzan por unidad de tiempo. Un throughput elevado permite a los usuarios esperar menos y reduce la volatilidad de las comisiones en horas punta. Cuando el throughput es limitado, actividades populares como las operaciones DeFi o la emisión de NFT pueden sufrir retrasos y confirmaciones más lentas.
Existen dos métodos principales para medir el throughput. El primero es el TPS, es decir, el número de transacciones confirmadas por segundo. Aunque resulta intuitivo, este dato puede inducir a error, ya que no todas las transacciones tienen la misma complejidad: el mero recuento no refleja la capacidad real de la red.
El segundo método utiliza el “gas” como unidad para medir el throughput computacional. El gas funciona como “ancho de banda computacional”: cada operación consume una cantidad distinta de gas. Cada bloque tiene un límite de gas, y al dividir ese límite entre el tiempo de bloque, se obtiene el promedio de gas procesado por segundo. Medir por gas permite comparar operaciones de distinta complejidad de forma estandarizada.
También se utiliza el “throughput de bytes de datos” (bytes procesados por segundo) para evaluar el uso del espacio en bloque, sobre todo en escenarios de almacenamiento masivo de datos on-chain. Lo habitual es combinar el análisis de TPS, gas y bytes para obtener una visión completa.
El throughput mide “cuánto se puede procesar por unidad de tiempo”, mientras que la latencia indica “cuánto tarda en confirmarse una transacción desde su envío”. Son conceptos relacionados pero distintos: una cadena puede tener latencia estable y bajo throughput, o throughput alto pero confirmaciones por lotes que retrasan transacciones individuales.
En blockchain, la “finalidad” también es fundamental: se refiere al tiempo necesario para que una transacción quede confirmada de forma irreversible. Algunas redes generan bloques rápidamente pero permiten cierta reversión a corto plazo; otras ofrecen garantías de finalidad más fuertes. Para una evaluación integral de la experiencia del usuario, conviene considerar el throughput, la latencia y la finalidad de forma conjunta.
Los principales factores que influyen en el throughput son el tiempo de bloque, la capacidad de bloque (o límite de gas), la velocidad de propagación de la red y el rendimiento del hardware de los nodos.
Las soluciones para incrementar el throughput suelen dividirse en dos grandes categorías: escalado on-chain y migración de carga off-chain con posterior liquidación.
El escalado directo consiste en aumentar la capacidad de bloque o acortar el tiempo de bloque. Estas modificaciones pueden mejorar rápidamente el throughput, pero incrementan los requisitos de hardware para los nodos y pueden poner en riesgo la descentralización.
El siguiente enfoque principal es el uso de redes Layer 2 (L2). L2 permite agregar múltiples transacciones fuera de la cadena y enviar los resultados a la cadena principal. Las implementaciones más populares incluyen soluciones rollup:
El sharding distribuye la carga de la red entre varias cadenas shard paralelas, reduciendo la presión sobre cada cadena individual.
La ejecución paralela permite procesar simultáneamente transacciones independientes, lo que eleva el throughput por nodo. Combinado con protocolos de almacenamiento y red más eficientes, se logran mejoras sustanciales.
En la segunda mitad de 2025, la red principal de Ethereum mantiene un throughput base robusto, priorizando la seguridad y la descentralización; las principales mejoras del sector proceden de las soluciones Layer 2. Con actualizaciones centradas en la disponibilidad de datos, las L2 reducen el coste por lote y aumentan el ancho de banda: el throughput práctico suele alcanzar cientos o miles de transacciones por segundo en horas punta (véanse los paneles oficiales de L2 y rastreadores comunitarios a finales de 2025).
Esto implica que las operaciones masivas en la red principal pueden seguir acumulándose en momentos de congestión, mientras que las actividades de alta frecuencia canalizadas por L2 equilibran coste y velocidad de forma eficaz. Para la mayoría de usuarios, elegir una red L2 óptima mejora notablemente la experiencia de confirmación.
Las redes Layer 2 aumentan el throughput, pero introducen nuevos compromisos. Los principales aspectos a considerar son si el secuenciador (la entidad que ordena las transacciones) está descentralizado, los riesgos de inactividad y cómo se puentean los activos entre la red principal y la L2, junto con los retrasos de finalidad asociados.
Al evaluar una solución L2, conviene analizar el throughput junto al historial de inactividad, los compromisos de disponibilidad de datos y los procesos de retirada.
Para incorporar el throughput en depósitos, retiros e interacciones on-chain en Gate, siga estos pasos:
Consejo: Las transferencias de activos conllevan riesgos. Antes de cambiar de red, pruebe direcciones y procesos con cantidades pequeñas; en operaciones cross-chain o retiros, verifique siempre direcciones de contrato y canales oficiales para evitar enlaces de phishing.
Puede combinar la observación con pruebas prácticas a pequeña escala para obtener información directa sin afectar la red.
El throughput determina cuánto trabajo puede procesar una cadena por unidad de tiempo, incidiendo directamente en comisiones y tiempos de espera. La medición debe considerar tanto TPS como métricas de gas, junto a latencia y finalidad. Los cuellos de botella incluyen tiempo de bloque, capacidad de bloque, velocidad de propagación de red y carga de ejecución y almacenamiento. Las estrategias de escalabilidad van desde la expansión directa hasta soluciones Layer 2, sharding y ejecución paralela, pero todas requieren equilibrar seguridad y descentralización. En la práctica, consulte métricas on-chain en tiempo real al elegir redes para depósitos, retiros o eventos importantes; programar estratégicamente sus acciones ayuda a minimizar costes y riesgos de espera.
Un throughput bajo implica que la blockchain solo puede procesar un número limitado de transacciones por segundo; cuando la red está ocupada, su transacción puede quedar en cola y esperar. Esto provoca confirmaciones más lentas y potencialmente mayores comisiones de gas. Por ejemplo, Bitcoin solo gestiona unas siete transacciones por segundo; en horas punta podría esperar horas para la inclusión.
El throughput elevado es solo una métrica técnica; la adopción real de la red exige aplicaciones de ecosistema sólidas. Algunas cadenas procesan miles de transacciones por segundo pero carecen de DApps de calidad, liquidez o base activa de usuarios; la velocidad por sí sola no impulsa el uso. El throughput es necesario para cadenas públicas robustas, pero no suficiente por sí solo.
Depende del caso de uso. Para transferencias de activos importantes, priorice la seguridad (elija cadenas como Bitcoin o la red principal de Ethereum), ya que las brechas de seguridad son irreversibles; para transacciones pequeñas cotidianas o interacciones con DApps, las cadenas de alto throughput (como Arbitrum u Optimism) ofrecen confirmaciones más rápidas. Gate admite las principales cadenas públicas, por lo que puede elegir libremente según sus necesidades.
Las soluciones Layer 2 multiplican el throughput (a menudo por 100–1000), pero no de forma infinita. Aceleran el procesamiento agregando transacciones fuera de la cadena antes de enviar resúmenes periódicos a la red principal. En última instancia, el throughput está limitado por la capacidad de la red principal, y debe equilibrarse la escalabilidad con la seguridad y la descentralización.
No siempre. El procesamiento lento puede deberse a congestión de red que alcanza los límites de throughput (lo más común), ofertas de gas bajas que reducen la prioridad de la transacción o retrasos de sincronización de nodos. Supervise la congestión de red en tiempo real y ajuste sus comisiones de gas; el sistema de trading de Gate ofrece avisos sobre el estado actual de la red para que pueda tomar decisiones informadas.


