En el sector de las criptomonedas, el término "shilling" hace referencia a la conducta de individuos o grupos que promocionan en exceso un determinado proyecto o token de criptomonedas con el fin de obtener un beneficio propio. Estas promociones suelen carecer de análisis objetivos y omiten intencionadamente los riesgos asociados. El propósito principal es captar nuevos inversores para incrementar el precio y permitir que los primeros titulares obtengan ganancias. El shilling es habitual en redes sociales, foros y comunidades cripto.
El shilling presenta rasgos muy definidos. En primer lugar, quienes lo practican suelen lanzar predicciones de precios desmesuradas y promesas poco creíbles—como asegurar que un token se va a multiplicar “por 10” o “por 100”—sin ningún análisis de mercado fundamentado que las respalde. En segundo lugar, estos promotores suelen utilizar tácticas de marketing emocional para generar urgencia y miedo a perder oportunidades (FOMO), incitando a invertir de forma precipitada sin la debida diligencia. Además, muchos shillers se presentan como inversores o analistas independientes, ocultando sus lazos económicos con los proyectos y ofreciendo consejos aparentemente imparciales sin revelar sus conflictos de interés.
Este tipo de comportamientos distorsiona las señales del mercado de criptomonedas y dificulta a los inversores distinguir entre el valor genuino y la pura especulación dirigida. Esto alimenta la creación de burbujas especulativas, que suelen derivar en subidas vertiginosas de precios seguidas de fuertes caídas, generando importantes pérdidas entre los inversores minoristas. Además, el shilling perjudica la credibilidad y reputación del ecosistema cripto en su conjunto, provoca recelo entre los potenciales inversores y dificulta que los proyectos realmente valiosos reciban atención y financiación.
El shilling supone riesgos legales y de reputación. En el ámbito legal, las autoridades reguladoras de numerosos países están intensificando el control sobre las promociones cripto remuneradas que no se declaran. Por ejemplo, la SEC (Securities and Exchange Commission) de Estados Unidos exige a los personajes influyentes que informen de cualquier compensación recibida por promocionar criptomonedas. En ciertos casos, el shilling constituye manipulación de mercado o supone la participación en esquemas piramidales, lo que puede acarrear graves consecuencias legales. En cuanto a la reputación, aquellas personas identificadas como shillers pueden perder la confianza de la comunidad de forma irreversible, dificultando enormemente su rehabilitación en el sector.
La amplia presencia del shilling pone de relieve la importancia de la formación y la transparencia en el sector cripto. Es fundamental que los inversores aprendan a identificar sus señales—como las previsiones de rentabilidad poco realistas, la ausencia de análisis técnico y la ocultación deliberada de riesgos. Para el sector, desarrollar marcos sólidos de autorregulación y reforzar la transparencia informativa son medidas eficaces para combatir el shilling. Igualmente, la obligación de declarar los conflictos de interés resulta clave. Aunque es poco probable eliminar por completo esta práctica, su impacto debería disminuir conforme el mercado evolucione y se refuerce el entorno normativo.
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