Se espera que la Fed anuncie el primer recorte de tipos de esta fase en septiembre. Tradicionalmente, Bitcoin tiende a anticipar los periodos de relajación monetaria con subidas, pero suele perder impulso tras hacerse efectivo el recorte. No obstante, este comportamiento no ha sido constante en todos los ciclos.
Este análisis repasa 2019, 2020 y 2024 para contextualizar qué podría suceder en septiembre de 2025. Si deseas acceder al texto íntegro, puedes consultarlo en el portal para miembros de @Delphi_Digital (enlace al final).
En 2019, $BTC pasó de 3 000 dólares a finales de 2018 hasta alcanzar los 13 000 en junio. La Fed aplicó tres recortes de tipos: el 31 de julio, el 18 de septiembre y el 30 de octubre.
Cada decisión marcó un punto de agotamiento. $BTC subía antes de cada reunión y cedía tras confirmarse el recorte, pues el débil crecimiento volvía a imponerse. Los recortes estaban descontados y la ralentización de la economía marcaba la tendencia.
Marzo de 2020 no fue parte de ningún ciclo habitual. La Fed recortó los tipos a cero en plena crisis por la Covid. $BTC se desplomó junto a la renta variable en la crisis de liquidez, pero recuperó terreno al desplegarse estímulos fiscales y monetarios de gran calado.
Fue una reacción coyuntural, sin valor como referencia para 2025.
En 2024 se observa un cambio de tendencia: en lugar de corregir tras los recortes, $BTC siguió al alza.
¿Por qué ocurrió?
La campaña de Trump convirtió las criptomonedas en cuestión clave de las elecciones.
Los ETFs spot registraron flujos récord de entrada.
La apuesta por Bitcoin en el balance de MicroStrategy continuaba siendo sólida.
La liquidez perdió peso frente a otros factores. Compradores estructurales y un entorno político favorable marcaron la diferencia sobre el ciclo monetario.
El contexto actual no reproduce los repuntes desbocados de anteriores ciclos. Bitcoin atraviesa una fase de consolidación desde finales de agosto, los flujos hacia ETFs han caído notablemente y la demanda corporativa, que actuaba como viento de cola, ha empezado a moderarse.
Por lo tanto, el recorte de septiembre plantea un escenario condicionado en lugar de un catalizador directo. Si Bitcoin repunta de forma intensa antes de la reunión, existe riesgo de que se repita el patrón histórico —de “repunte previo, corrección posterior”—, con ventas una vez se anuncie el recorte.
Por el contrario, si el precio permanece estable o retrocede antes de la decisión, es probable que la mayoría de posiciones especulativas ya estén fuera, permitiendo que el recorte actúe como elemento estabilizador más que como señal de agotamiento.
Conclusión
El recorte de septiembre depende menos de la Fed que del entorno de liquidez posterior.
En mi opinión, Bitcoin tenderá a repuntar antes del FOMC de septiembre, aunque es posible que no marque un nuevo máximo. Según el comportamiento previo al recorte, si la subida es intensa, probablemente se producirá una toma de beneficios tras la noticia. Si por el contrario consolidamos y corregimos en la primera o segunda semana de septiembre antes del FOMC, el recorte podría impulsar nuevamente a Bitcoin al alza. Sin embargo, el siguiente repunte debería abordarse con prudencia, ya que conviene vigilar máximos decrecientes (en el rango de 118 000 a 120 000 dólares).
Si finalmente asistimos a un máximo inferior, esa pausa podría preparar el terreno para recuperar la tendencia en la segunda mitad del cuarto trimestre, hacia nuevos máximos históricos, conforme se estabilicen las condiciones de liquidez y se recupere la demanda.