Tras alcanzar un máximo histórico a finales de octubre, el precio del oro vivió una fuerte volatilidad y una corrección, llegando a caer puntualmente por debajo de los 4.000 dólares por onza troy y registrando un mínimo en torno a 3.952 dólares. Sin embargo, a medida que se intensificó la aversión al riesgo en los mercados—impulsada por unos datos de empleo en Estados Unidos más débiles, la inminente presentación de resultados de NVIDIA, la próxima publicación de las actas del FOMC de la Reserva Federal y el cambio de expectativas sobre recortes de tipos—el oro rebotó rápidamente hasta los 4.119 dólares por onza troy, recuperando el nivel de los 4.100 dólares.
Las declaraciones recientes de miembros de la Reserva Federal también han influido en la evolución del oro. El gobernador Christopher Waller, preocupado por la ralentización del mercado laboral, manifestó su preferencia por un nuevo recorte de tipos en diciembre como medida de gestión del riesgo, lo que ha dado un mayor respaldo a los precios del oro.
Pese a las recientes oscilaciones, las principales entidades financieras siguen mostrando optimismo respecto al precio del oro hasta 2026, y prevén que el precio del oro podría subir un 20 % adicional o más respecto a los niveles actuales, con posibilidad de superar los 5.000 dólares por onza troy.
J.P. Morgan mantiene la previsión más alcista, anticipando un precio medio del oro de 5.055 dólares por onza troy para el cuarto trimestre de 2026, impulsado por la fuerte demanda inversora y una media trimestral de compras de bancos centrales de unas 566 toneladas métricas. La entidad sigue fijando como objetivo los 6.000 dólares por onza troy para 2028 y aconseja a los inversores mantener una visión a largo plazo en sus posiciones en oro.
Goldman Sachs comparte una previsión similar, también con un objetivo de 5.055 dólares por onza troy. El banco subraya como principales motores “las entradas en ETF de mercados desarrollados y la constante compra de bancos centrales”, y señala que, a medida que el capital privado se diversifica hacia el reducido mercado del oro, las posiciones en ETF podrían seguir aumentando, con margen para nuevas subidas de precios.
Bank of America ha elevado su previsión para el precio del oro en 2026 a 5.000 dólares por onza troy, con una estimación media de unos 4.400 dólares por onza troy. El banco señala que, aunque el oro podría registrar correcciones a corto plazo, mantiene un enfoque optimista sobre la tendencia alcista a largo plazo y destaca que “un crecimiento de la demanda inversora del 10-15 %, en línea con la tendencia de este año, probablemente llevará el precio del oro a los 5.000 dólares por onza troy”.
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La aversión al riesgo, la expectativa de recortes de tipos y las compras sostenidas por parte de los bancos centrales impulsan la recuperación progresiva del oro tras episodios de volatilidad. Las principales entidades financieras coinciden en que, a medida que se acerque 2026, los analistas prevén que el oro superará el umbral de los 5.000 dólares por onza troy. El oro se mantiene como una estrategia clave para quienes buscan mitigar la volatilidad de los mercados y preservar su patrimonio a largo plazo.





